“Si sueñas en
grande, es porque tienes la capacidad de cumplir lo que te propones”
Semanas
después ya era Septiembre, y para comenzar las clases en el internado faltaban
unas escasas horas.
Tiff
se levantó con un leve bostezo. Scarlett estaba sentada en la mesa del
escritorio mandando mensajes con su fabulosísimo nuevo iPhone.
Eran
las 6 y media de la mañana y Tiff se levantó un poco antes para preparar la
mochila, era el primer día.
Hacía
mucho que no iba a un instituto público, bueno, en este caso no era del todo
público, porque era el instituto del internado. A lo que me quería referir es
que Tiff nunca pudo ir a un instituto normal. Tenía profesores particulares
cuando su familia era altamente rica y después de quedarse en la calle, no
volvió a asistir a clases.
Scarlett
notó que Tiff estaba muy nerviosa mientras preparaba su cartera. Pero no le dio
importancia, sabía que se le pasaría muy pronto y siguió escribiendo en su
iPhone.
-
¿Pero,
como es posible que haya alguien conectado a estas horas?
-
Bueno,
estoy yo. Eso no quiere decir que sea imposible.
-
Es
su novio con el que habla – dijo Abigail despertándose por fin.
-
¿Tu
novio? – Tiffany miró a Scarlett extrañada. - ¿Y qué hace conectado a estas
horas?
-
Su
novio es de Texas, como ella. Y acostúmbrate porque el único tramo horario en
el que coinciden es por la mañana. Así estaba todos los días según sus antiguas
compañeras de habitación.
-
Eso,
que triunfe el amor para todos menos para mí.
-
Bueno,
no eres la única. Yo tampoco he encontrado a mi príncipe azul. – replicó
Abigail melancólicamente.
Abandonaron esa conversación de idiotas, se
prepararon y fueron abajo, al campus, donde les dirían a que clase asistir.
Por suerte, a las 3 chicas les tocó juntas. Y a
Nick.
Después de ver nombrado a Nick en la lista de
las clases, Tiff se sintió avergonzada, no podría mirar a Nick a la cara ni
loca, después de todo lo que sucedió pocos días atrás.
-
Eh,
¿que hay Tiff? – Tiffany sintió junto con esa voz a alguien que le cogía de la
cintura, apartándola un poco para mirar la lista por encima de su hombro. Era
Nick. Y su apariencia no era de desagrado, ni de molestia, como si hubiese
olvidado todo lo que pasó, lo hubiese eliminado de su memoria y reiniciase la
partida.
-
Perdona,
no sabía que estaba en medio. Siempre estoy en medio, como el jueves.
-
Pues
el jueves es mi día de la semana favorito. Al parecer, estamos en la misma
clase ¿no?
Él sonrió y ella le respondió a su sonrisa con
otra mucho mayor.
Tiffany observó las manos de Nick aún en su
cintura. Éste se percató de ello y las apartó rápidamente.
- Eh..
Perdona.
-
No
pasa nada – Respondió Tiff al gesto.
-
Creí
que la otra noche me dejaste bien claro que ni te tocase. Pero parece ser que
ha pasado mucho desde eso. ¿Has cambiado de opinión?
-
Pues
claro que no, ¡no me toques! – Tiffany recogió su mochila y se fue. Nick
sonrió, soltando con ella una pequeña risa. Le encantaba.
Poco
después ya estaban todos en clase. Tiffany y Scarlett se habían sentado en
penúltima fila, guardando un sitio a la izquierda de Tiffany, para Abigail.
Ella
entró de las últimas, agobiada por toda la gente que había en la entrada, y se
sentó en el sitio reservado.
Scarlett
empezó a reir, y Tiffany no tardó en unirse a ella. Sin embargo, Abigail las
miró desconcertada.
-
¿Qué
ocurre?
-
¡Tu
pelo!
Abigail
no tardó en sacar su mini espejo de la mochila y arreglar su flequillo hasta
dejarlo a total perfección.
-
¡Es
difícil tener el flequillo perfecto con tanta gente amontonada en la entrada!
-
Claro,
Abi, lo que tu digas. – dijo Mike, un compañero de las chicas, que se acababa
de sentar justo en frente de ellas.
Segundos
después, Nick se sentó al lado de Mike. Dejó su cartera en la mesa, mirando a
las chicas de reojo.
Comenzaron
las aburridas clases de Matemáticas. Mates a primera hora. Vaya lata.
Mientras
el profesor Brown impartía las clases. Todos estaban a punto de dormirse.
Pero
un pequeño sonido retumbó en el aula. Y despertó a todos los alumnos. A alguien
le había sonado el móvil, era un mensaje.
-
¿Qué
tipo de pringado no apaga su teléfono móvil en clases? – dijo Tiff pensando en
la que le caería al que lo tuviese encendido – Ah. Mierda.. es mi móvil.
Eso
último lo dijo avergonzada y toda la clase rió, ¿quién le enviaba un mensaje
justo ahora?
No
pudo evitar coger el móvil y desbloquearlo. ¡El mensaje era de John!
Antes
de poder abrirlo. El profesor se acercó a Tiff para interrumpirle.
-
¿Desea
compartir algún mensaje con todos nosotros?
-
Yo..
lo siento.
El
profesor no dudó en confiscarle el móvil.
-
Te
lo devolveré cuando acabe la clase, señorita.
5 ''Siguiente'' y hago el próximo cap :D
he leido hoy todos tus capitulos y debo decirte que me encantan. espero el siguiente :3
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