martes, 2 de octubre de 2012

Cap 11


“Si sueñas en grande, es porque tienes la capacidad de cumplir lo que te propones

Semanas después ya era Septiembre, y para comenzar las clases en el internado faltaban unas escasas horas.
Tiff se levantó con un leve bostezo. Scarlett estaba sentada en la mesa del escritorio mandando mensajes con su fabulosísimo nuevo iPhone.

Eran las 6 y media de la mañana y Tiff se levantó un poco antes para preparar la mochila, era el primer día.
Hacía mucho que no iba a un instituto público, bueno, en este caso no era del todo público, porque era el instituto del internado. A lo que me quería referir es que Tiff nunca pudo ir a un instituto normal. Tenía profesores particulares cuando su familia era altamente rica y después de quedarse en la calle, no volvió a asistir a clases.
Scarlett notó que Tiff estaba muy nerviosa mientras preparaba su cartera. Pero no le dio importancia, sabía que se le pasaría muy pronto y siguió escribiendo en su iPhone.

-         ¿Pero, como es posible que haya alguien conectado a estas horas?
-         Bueno, estoy yo. Eso no quiere decir que sea imposible.
-         Es su novio con el que habla – dijo Abigail despertándose por fin.
-         ¿Tu novio? – Tiffany miró a Scarlett extrañada. - ¿Y qué hace conectado a estas horas?
-         Su novio es de Texas, como ella. Y acostúmbrate porque el único tramo horario en el que coinciden es por la mañana. Así estaba todos los días según sus antiguas compañeras de habitación.
-         Eso, que triunfe el amor para todos menos para mí.
-         Bueno, no eres la única. Yo tampoco he encontrado a mi príncipe azul. – replicó Abigail melancólicamente.

Abandonaron esa conversación de idiotas, se prepararon y fueron abajo, al campus, donde les dirían a que clase asistir.

Por suerte, a las 3 chicas les tocó juntas. Y a Nick.

Después de ver nombrado a Nick en la lista de las clases, Tiff se sintió avergonzada, no podría mirar a Nick a la cara ni loca, después de todo lo que sucedió pocos días atrás.

-         Eh, ¿que hay Tiff? – Tiffany sintió junto con esa voz a alguien que le cogía de la cintura, apartándola un poco para mirar la lista por encima de su hombro. Era Nick. Y su apariencia no era de desagrado, ni de molestia, como si hubiese olvidado todo lo que pasó, lo hubiese eliminado de su memoria y reiniciase la partida.
-         Perdona, no sabía que estaba en medio. Siempre estoy en medio, como el jueves.
-         Pues el jueves es mi día de la semana favorito. Al parecer, estamos en la misma clase ¿no?

Él sonrió y ella le respondió a su sonrisa con otra mucho mayor.

Tiffany observó las manos de Nick aún en su cintura. Éste se percató de ello y las apartó rápidamente.
-   Eh.. Perdona.
-         No pasa nada – Respondió Tiff al gesto.
-         Creí que la otra noche me dejaste bien claro que ni te tocase. Pero parece ser que ha pasado mucho desde eso. ¿Has cambiado de opinión?
-         Pues claro que no, ¡no me toques! – Tiffany recogió su mochila y se fue. Nick sonrió, soltando con ella una pequeña risa. Le encantaba.


Poco después ya estaban todos en clase. Tiffany y Scarlett se habían sentado en penúltima fila, guardando un sitio a la izquierda de Tiffany, para Abigail.

Ella entró de las últimas, agobiada por toda la gente que había en la entrada, y se sentó en el sitio reservado.
Scarlett empezó a reir, y Tiffany no tardó en unirse a ella. Sin embargo, Abigail las miró desconcertada.

-         ¿Qué ocurre?
-         ¡Tu pelo!

Abigail no tardó en sacar su mini espejo de la mochila y arreglar su flequillo hasta dejarlo a total perfección.

-         ¡Es difícil tener el flequillo perfecto con tanta gente amontonada en la entrada!
-         Claro, Abi, lo que tu digas. – dijo Mike, un compañero de las chicas, que se acababa de sentar justo en frente de ellas.

Segundos después, Nick se sentó al lado de Mike. Dejó su cartera en la mesa, mirando a las chicas de reojo.

Comenzaron las aburridas clases de Matemáticas. Mates a primera hora. Vaya lata.

Mientras el profesor Brown impartía las clases. Todos estaban a punto de dormirse.

Pero un pequeño sonido retumbó en el aula. Y despertó a todos los alumnos. A alguien le había sonado el móvil, era un mensaje.

-         ¿Qué tipo de pringado no apaga su teléfono móvil en clases? – dijo Tiff pensando en la que le caería al que lo tuviese encendido – Ah. Mierda.. es mi móvil.

Eso último lo dijo avergonzada y toda la clase rió, ¿quién le enviaba un mensaje justo ahora? 

No pudo evitar coger el móvil y desbloquearlo. ¡El mensaje era de John!

Antes de poder abrirlo. El profesor se acercó a Tiff para interrumpirle.

-         ¿Desea compartir algún mensaje con todos nosotros?
-         Yo.. lo siento.

El profesor no dudó en confiscarle el móvil.

-         Te lo devolveré cuando acabe la clase, señorita.




5 ''Siguiente'' y hago el próximo cap :D